El objetivo de este texto es mostrar que el estilo notarial, sus fórmulas y prácticas, participaron, en Santiago de Chile de fines del siglo XVII y durante el siglo XVIII, en la construcción política del consenso. El oficio del escribano es un lugar de primera importancia, donde convergen la resolución de conflictos y la invención práctica del consenso. Para eso, interrogamos los motivos para llegar a un acuerdo ante escribano y mostramos que más allá de la reducción de gastos se hace al precio de una abdicación voluntaria de la soberanía individual, en nombre de un principio sagrado y antiguo que es el de la concordia. El significado político de esta práctica en una sociedad colonial del Antiguo Régimen está cuestionado sobre la base de los contratos ante escribanos.