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Publicaciones WoS (Ediciones: ISSHP, ISTP, AHCI, SSCI, SCI), Scopus, SciELO Chile.
| Indexado |
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| DOI | |||
| Año | 2016 | ||
| Tipo |
Citas Totales
Autores Afiliación Chile
Instituciones Chile
% Participación
Internacional
Autores
Afiliación Extranjera
Instituciones
Extranjeras
| Ord. | Autor | Género | Institución - País |
|---|---|---|---|
| 1 | LOPEZ-STEFONI, DANIEL ASDRUBAL | Hombre |
Ciencias Biológicas (Ecología) - Chile
Ciencias del Mar y en Gestión de Universidades - Chile Universidad de Los Lagos - Chile Red de Universidades Regionales de América Latina - Chile Centro de Estudios Avanzados y Vicerrector de Investigación - Chile Stanford University - Estados Unidos |
| 2 | Prado, Marcela C. | Mujer |
Escuela de Postgrado - España
Universidad de Playa Ancha - Chile |
| Agradecimiento |
|---|
| Las limitantes en la participación ciudadana en Chile habían incubado un proceso de malestar social que no se había hecho explícito y que en este caso se ha asociado al lucro de las instituciones de Educación Superior privadas de nuevo cuño y al endeudamiento que ello ha provocado en las familias. Desde esta perspectiva, el movimiento estudiantil ha venido a remover los cimientos de una sociedad adormecida (DELGADO 2014). Incluso se ha asimilado a otros movimientos populares con reivindicaciones económicas (TAPIA 2014). El propio representante del gobierno de la época en Educación Superior, ha expresado que los reclamos de los estudiantes se focalizaron en la deficiente calidad e inequidad del sistema educacional chileno en el financiamiento de la Educación Superior reclamando su gratuidad y en la existencia de instituciones educativas con fines de lucro (HAXy UGARTE2014). Como consecuencia, las demandas económicas de los estudiantes no sólo evidenciaron ser justas y pertinentes cuando se analizaban desde una perspectiva intelectual, sino que también se sintonizaron – rápida y profundamente – con sentimientos latentes de miles de familias endeudadas con una Educación Superior excesivamente cara y de mediocre calidad. El apoyo ciudadano fue transversal superando los alineamientos o simpatías políticas. Se produjo entonces una vinculación social, en que la ciudadanía le otorgó legitimidad al movimiento estudiantil y a su vez este le otorgó una prioridad concreta y práctica a la Educación, como el centro de las aspiraciones de cambio que se daban en el escenario político. Claramente, el dogma de una Educación Superior de mercado, que había sido asumido por la sociedad chilena como el único camino para alcanzar mejores estándares en cobertura y calidad, mostró sus debilidades al ser objeto de debates desde distintos ámbitos. Hubo conciencia que la superación del modelo económico en la Educación Superior, no era sólo la aspiración de un grupo radicalizado de jóvenes o de la revitalización de consignas anarquistas o socialistas. De lo que se trataba era la emergencia de nuevos significados de aquellos indicadores repetidos una y otra vez para dar cuenta del éxito del modelo: mayor acceso a la Educación Superior, con una tasa de escolarización terciaria no muy distinta de lo que ocurre en países desarrollados, explicada por el éxito de una ‘industria’ de la Educación Superior, efectiva y eficiente. El examen de los hechos no daba evidencias que estos indicadores significaran menores niveles de desigualdad social. Además, los pobres desempeños de la formación universitaria chilena cuando se comparan internacionalmente, ni tampoco su pertinencia, podían justificar la forma de operación económica del modelo. El impacto de estos hechos puede ser evidenciado por el curso posterior de los acontecimientos. El nuevo gobierno – que asumió el año 2014 –, enfatizó los cambios económicos y sociales en la Educación Básica y Media: fin al lucro con recursos económicos del Estado; término de la selectividad y al copago (aportes complementarios entregados por los padres a colegios privados subvencionados por el Estado). Es decir, modificaciones a la forma como había operado el modelo económico de la Educación. Los adversarios a estas iniciativas han planteado – paradojalmente – que los cambios debieran estar orientados prioritariamente al mejoramiento de la calidad, olvidándose de la ortodoxia neoliberal en que el supuesto del modelo es que la calidad es sólo un epifenómenode la operación mercantil. |