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What did Chilean university students want in 2011? ¿Qué deseaban los estudiantes universitarios chilenos el año 2011?
Indexado
Scopus SCOPUS_ID:85029452063
DOI
Año 2016
Tipo

Citas Totales

Autores Afiliación Chile

Instituciones Chile

% Participación
Internacional

Autores
Afiliación Extranjera

Instituciones
Extranjeras


Disciplinas de Investigación



WOS
Cultural Studies
Scopus
Cultural Studies
Linguistics And Language
Literature And Literary Theory
SciELO
Sin Disciplinas

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Publicaciones WoS (Ediciones: ISSHP, ISTP, AHCI, SSCI, SCI), Scopus, SciELO Chile.

Colaboración Institucional



Muestra la distribución de colaboración, tanto nacional como extranjera, generada en esta publicación.


Autores - Afiliación



Ord. Autor Género Institución - País
1 LOPEZ-STEFONI, DANIEL ASDRUBAL Hombre Ciencias Biológicas (Ecología) - Chile
Ciencias del Mar y en Gestión de Universidades - Chile
Universidad de Los Lagos - Chile
Red de Universidades Regionales de América Latina - Chile
Centro de Estudios Avanzados y Vicerrector de Investigación - Chile
Stanford University - Estados Unidos
2 Prado, Marcela C. Mujer Escuela de Postgrado - España
Universidad de Playa Ancha - Chile

Muestra la afiliación y género (detectado) para los co-autores de la publicación.

Financiamiento



Fuente
Fundación Educación Superior-Empresa

Muestra la fuente de financiamiento declarada en la publicación.

Agradecimientos



Agradecimiento
Las limitantes en la participación ciudadana en Chile habían incubado un proceso de malestar social que no se había hecho explícito y que en este caso se ha asociado al lucro de las instituciones de Educación Superior privadas de nuevo cuño y al endeudamiento que ello ha provocado en las familias. Desde esta perspectiva, el movimiento estudiantil ha venido a remover los cimientos de una sociedad adormecida (DELGADO 2014). Incluso se ha asimilado a otros movimientos populares con reivindicaciones económicas (TAPIA 2014). El propio representante del gobierno de la época en Educación Superior, ha expresado que los reclamos de los estudiantes se focalizaron en la deficiente calidad e inequidad del sistema educacional chileno en el financiamiento de la Educación Superior reclamando su gratuidad y en la existencia de instituciones educativas con fines de lucro (HAXy UGARTE2014). Como consecuencia, las demandas económicas de los estudiantes no sólo evidenciaron ser justas y pertinentes cuando se analizaban desde una perspectiva intelectual, sino que también se sintonizaron – rápida y profundamente – con sentimientos latentes de miles de familias endeudadas con una Educación Superior excesivamente cara y de mediocre calidad. El apoyo ciudadano fue transversal superando los alineamientos o simpatías políticas. Se produjo entonces una vinculación social, en que la ciudadanía le otorgó legitimidad al movimiento estudiantil y a su vez este le otorgó una prioridad concreta y práctica a la Educación, como el centro de las aspiraciones de cambio que se daban en el escenario político. Claramente, el dogma de una Educación Superior de mercado, que había sido asumido por la sociedad chilena como el único camino para alcanzar mejores estándares en cobertura y calidad, mostró sus debilidades al ser objeto de debates desde distintos ámbitos. Hubo conciencia que la superación del modelo económico en la Educación Superior, no era sólo la aspiración de un grupo radicalizado de jóvenes o de la revitalización de consignas anarquistas o socialistas. De lo que se trataba era la emergencia de nuevos significados de aquellos indicadores repetidos una y otra vez para dar cuenta del éxito del modelo: mayor acceso a la Educación Superior, con una tasa de escolarización terciaria no muy distinta de lo que ocurre en países desarrollados, explicada por el éxito de una ‘industria’ de la Educación Superior, efectiva y eficiente. El examen de los hechos no daba evidencias que estos indicadores significaran menores niveles de desigualdad social. Además, los pobres desempeños de la formación universitaria chilena cuando se comparan internacionalmente, ni tampoco su pertinencia, podían justificar la forma de operación económica del modelo. El impacto de estos hechos puede ser evidenciado por el curso posterior de los acontecimientos. El nuevo gobierno – que asumió el año 2014 –, enfatizó los cambios económicos y sociales en la Educación Básica y Media: fin al lucro con recursos económicos del Estado; término de la selectividad y al copago (aportes complementarios entregados por los padres a colegios privados subvencionados por el Estado). Es decir, modificaciones a la forma como había operado el modelo económico de la Educación. Los adversarios a estas iniciativas han planteado – paradojalmente – que los cambios debieran estar orientados prioritariamente al mejoramiento de la calidad, olvidándose de la ortodoxia neoliberal en que el supuesto del modelo es que la calidad es sólo un epifenómenode la operación mercantil.

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