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| Indexado |
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| DOI | 10.21664/2238-8869.2018V7I2.P108-123 | ||
| Año | 2018 | ||
| Tipo |
Citas Totales
Autores Afiliación Chile
Instituciones Chile
% Participación
Internacional
Autores
Afiliación Extranjera
Instituciones
Extranjeras
On September 11th, 1973, the military dictatorship starts in Chile until the first months of 1990. Considering that historical process, our work analyzes the transformation of the Chilean Health System. Through the analysis of Augusto Pinochet’s presidential speeches, the social history in Chile during 1973-1989 is addressed with the purpose of understanding from the health public policies, the restructuration of the State and the assumption of the neoliberal economic practices in the sanitary field. Our work concludes that the military intervention in 1973 constituted a radical exercise of the de-empowerment of collective care of life, not only for the restructuration-metamorphosis that the relation State-People experienced, by means of social policies, but due to the immediate consequences on the human rights vulnerability and the consolidation of a system of sanitary social protection mediated for the payment capacity of the consumers.
| Ord. | Autor | Género | Institución - País |
|---|---|---|---|
| 1 | Jara, Claudio Merino | Hombre |
Universidad de Los Lagos - Chile
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| 2 | Gómez, Cristian Tejeda | Hombre |
Universidad de Los Lagos - Chile
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| 3 | Rodríguez, Cristian Ojeda | Hombre |
Universidad de Los Lagos - Chile
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| Fuente |
|---|
| Total |
| Servicio Murciano de Salud |
| Servicio Nacional de Empleados |
| uso de la violencia de Estado ejecutada sin mesura para |
| SSNS |
| descentralizado de Sistemas de Servicios Nacional de Salud |
| Dirección Nacional de Protección a la Infancia |
| Estado para desarrollar Servicios de Atención Médica simplificada |
| Agradecimiento |
|---|
| Es política de este Ministerio la supresión de toda idea de un “Servicio Único de Salud” (…) Este Ministerio; respetuoso del espíritu libertario de la ciudadanía, promoverá la existencia y funcionamiento de instituciones de salud, tanto públicas como privadas, así como el libre ejercicio de las respectivas profesiones del equipo de salud. (…) Se asegurará la libertad de elección de las instituciones de salud y profesionales para el cuidado de la salud de la población, de acuerdo a sus posibilidades individuales y/o previsionales garantizando la calidad y eficiencia de la atención. (…) Considerando la escasez de recursos humanos, de equipos y de consumo médico, se promoverá un esfuerzo mancomunado de la población y del Estado para desarrollar Servicios de Atención Médica simplificada. (…) En competencia con la cadena nacional de establecimientos asistenciales del SNS; interesa desarrollar otra cadena de establecimientos asistenciales privados: clínicas privadas de mutuales de seguridad. Dentro de esta cadena de establecimientos privados Sermena podría destinar a construcciones asistenciales un % (dato borrado en el documento) de sus fondos de medicina curativa de modo de construir establecimientos y aportarlos a sociedades con mutuales de asistencia médica curativa de modo que se incremente el número de clínicas administradas por mutuales privadas, asegurando una mejor gestión administrativa y desburocratizada. (Junta de Gobierno 1974, p.12) |
| El relato de la construcción nacional, bajo la lógica del amigo-enemigo, factor clave para el fortalecimiento del Gobierno como catalizador de la recuperación de una nación fuerte y respetada, exigía entre otras cosas el silenciamiento de la oposición y de los grupos disidentes al gobierno militar, esto se tradujo en grave vulneración de los derechos humanos, despotenciación de la vida materializada en represión armada que significó a nivel simbólico y operacional el uso de la violencia de Estado ejecutada sin mesura para silenciar y exterminar a toda persona que pueda potencialmente ser oposición al gobierno5. Sólo entre “1973 y 1974, 30.000 chilenos son asesinados, 681 chilenos sufren la detención-desaparecimiento. Entre 1973 y 1975, 42.886 chilenos son encarcelados” (Colegio de Asistentes Sociales de Santiago de Chile 1988, p.80). Herida que, en la actualidad no cicatriza, principalmente por los pactos |
| educación y vivienda. En el sector salud, señala Ugalde (2007) se agravó el deterioro de los servicios de atención de salud producto de la devaluación de las monedas locales y la reducción del gasto público. En todo caso, este fenómeno no ha ocurrido de forma homogénea, depende de la correlación de fuerzas sociales, las instancias democráticas y el desarrollo institucional de cada país. Existiendo casos polarizados en América Latina que se materializan “entre el modelo de la privatización de seguridad social (Chile) y el modelo de creación de un sistema de seguridad público universal (Brasil-Costa Rica7)” (Fleury 1998, p.15). En el caso Chileno, la reducción y administración de recursos escasos, requirió de una serie de dispositivos técnicos para diferenciar y estratificar socioeconómicamente a la población, se elaboran distintos instrumentos de caracterización socio-económica que permitirán discriminar los grupos prioritarios de aquellos que no “necesitarían la ayuda estatal”, la puesta en acción de dispositivos en esta línea oscilan desde la aplicación de encuestas en domicilio, visitas domiciliarias para constatar en terreno el nivel de pobreza-miseria de los solicitantes, así como evaluaciones psico-sociales para determinar el grado de vulnerabilidad de los grupos familiares; de esta forma, para acceder a prestaciones gratuitas de salud o reducir el costo total de la prestación, la familia y sus integrantes deben exponer sus condiciones de vida a la evaluación de un tercero, que mediante juicio técnico y la aplicación de una serie de instrumentos sanciona la entrega o rechazo del beneficio. |
| El relevante esfuerzo de la institucionalidad sanitaria chilena, complementado con las políticas orientadas a la regulación del trabajo, alfabetización y mejoramiento en las condiciones de viviendas de la clase obrera y del conjunto de la población, significaron desde la década de 1920 a 1973 cambios profundos en el bienestar social. La presencia de un Estado activo en materia de salud pública, permitió gradualmente avanzar en la protección de derechos sociales, incrementándose exponencialmente con la creación del Servicio Nacional de Salud en 1952, unificando bajo un solo criterio rector la Dirección General de Sanidad, la Dirección Nacional de Protección a la Infancia, los Servicios de Beneficencia y Asistencia Social, los Servicios Médicos de la Caja de Accidentes del Trabajo y Caja del Seguro Obligatorio, los Servicios Municipales y el Servicio Nacional de Empleados (Sermena). Se articulaba una visión estratégica unitaria que permitía tácticamente enfrentar los problemas de salud de la población, sin impedir con ello, un enfoque territorial a través de los consultorios y postas rurales que se nutrieron de jóvenes profesionales de la salud que, a través de la figura de los Médicos Generales de Zona, contribuyeron a descentralizar y a desconcentrar el recurso humano de las grandes ciudades. El Servicio Nacional de Salud, constituyó la figura sanitaria más importante en Latinoamérica, destacando además la convicción de un grupo de salubristas que intentaron abordar las políticas sanitarias desde otros campos relativos a la realidad social (Apráez 2010), los trabajos de Alejandro del Río, Eduardo Cruz-Coke, Salvador Allende, Gustavo Molina, Benjamín Viel, entre otros, facilitaron el despertar de una conciencia social sanitaria que tendrá impactos importantes en las políticas desplegadas desde 1924 y que, bajo los gobiernos de Frei Montalva y Allende, adquirirá mayor protagonismo. Señalaba Viel “la |
| Es política de este Ministerio la supresión de toda idea de un “Servicio Único de Salud” (…) Este Ministerio; respetuoso del espíritu libertario de la ciudadanía, promoverá la existencia y funcionamiento de instituciones de salud, tanto públicas como privadas, así como el libre ejercicio de las respectivas profesiones del equipo de salud. (…) Se asegurará la libertad de elección de las instituciones de salud y profesionales para el cuidado de la salud de la población, de acuerdo a sus posibilidades individuales y/o previsionales garantizando la calidad y eficiencia de la atención. (…) Considerando la escasez de recursos humanos, de equipos y de consumo médico, se promoverá un esfuerzo mancomunado de la población y del Estado para desarrollar Servicios de Atención Médica simplificada. (…) En competencia con la cadena nacional de establecimientos asistenciales del SNS; interesa desarrollar otra cadena de establecimientos asistenciales privados: clínicas privadas de mutuales de seguridad. Dentro de esta cadena de establecimientos privados Sermena podría destinar a construcciones asistenciales un % (dato borrado en el documento) de sus fondos de medicina curativa de modo de construir establecimientos y aportarlos a sociedades con mutuales de asistencia médica curativa de modo que se incremente el número de clínicas administradas por mutuales privadas, asegurando una mejor gestión administrativa y desburocratizada. (Junta de Gobierno 1974, p.12) |
| Los cambios más relevantes de los lineamientos de la Doctrina y Política Nacional de Salud se concretarán en 1979 con la eliminación del SNS, dando lugar a un sistema descentralizado de Sistemas de Servicios Nacional de Salud (SSNS) y el traspaso de las postas y consultorios a la administración municipal, cambios que favorecerán la desarticulación de una política sanitaria nacional, debido a que cada municipio tendrá la potestad para administrar la salud de su comuna en coherencia a los lineamientos técnico, políticos y administrativos territoriales, esto agravó la desigualdad entre municipios, debido a la diferencia de ingresos, afectando la estandarización de remuneraciones, seguridad laboral, mantención e inversión en la red municipal de salud y concentración de recurso humano en los municipios más ricos, lo cual, mermó profundamente la calidad de vida y seguridad sanitaria territorial. Otro elemento a considerar, es que las corporaciones municipales en el período estudiado, se proyectaban en el mediano plazo como organismos de índole privado, en este caso, la política de descentralización de salud municipal obedecía a una lógica de privatización administrada en organismos intermedios, debido a que las corporaciones municipales se rigen por el Decreto Ley 2.200, al igual que las empresas privadas y sus trabajadores. No obstante, la mayor contradicción en la municipalización de la salud, se evidenciaba en el sistema piramidal y jerárquico de la dictadura militar, los alcaldes eran designados directamente por el Jefe Supremo de la Nación Augusto Pinochet, con ello, la representación local en la práctica constituía un dispositivo de las prácticas represivas de la dictadura, más no un ejercicio democrático de los gobiernos locales. |
| A través de la municipalización de la salud, la eliminación del Servicio Nacional de Salud y la reducción presupuestaria de la salud pública, perjudicó letalmente a los hospitales de la red sanitaria nacional; los otrora edificios que concentraban la mayor cantidad de horas profesionales de salud estaban convertidos al final de la dictadura en infraestructura marchita. “El rostro más nítido de la política de des/igualdad implementada durante la dictadura cívico-militar se reveló en el deterioro alcanzado en la institucionalidad pública de salud al finalizar la década de 1980: imágenes dantescas de la ruina de los hospitales se pudieron observar a televisión abierta” (Illanes 201614), estas imágenes contrastaban con las elegantes clínicas y los centros de salud privado, que a finales de la década de 1980, constituían la proyección del nuevo Chile que se había gestado en las transformaciones neoliberales de 1973. Las políticas de apoyo estatal a las empresas de salud privada, permitieron el crecimiento exponencial de las ganancias del sector, su nicho enfocado a la población sana, más la posibilidad de establecer barreras de entrada a mujeres, tercera edad y personas enfermas facilitaron suculentos ingresos en una década, la externalización de servicios vía convenio con los servicios de salud consolidaron una política de despotenciación de la vida, ahora transada como valor de cambio y brindada a la suerte de la capacidad económica de los enfermos. |