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| Indexado |
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| DOI | 10.11144/JAVERIANA.TX69-187.NSEATJ | ||
| Año | 2019 | ||
| Tipo |
Citas Totales
Autores Afiliación Chile
Instituciones Chile
% Participación
Internacional
Autores
Afiliación Extranjera
Instituciones
Extranjeras
© 2018.In the theological anthropology of Juan Alfaro, S. J. (1914-1993), subjectivity (consciousness and freedom) constitutes the human dimension where aspects of positivity and negativity coexist. In negativity, man experiences the threat of the nonsense of his existence because he is never in full possession of himself, but mainly because of the experience of death. This negativity, however, is the existential dimension from which the attitude of rebellion against such threats emerges and the gift of hope is incited. For the expression of these contents, the author points out that the essentialist categories oriented to demonstrate must give place to personalist categories oriented to show, a challenge still pending according to what Pope Francis expresses. © 2018.En la antropología teológica de Juan Alfaro, S. J. (1914-1993), la subjetividad (conciencia y libertad) constituye la dimensión humana donde coexisten aspectos de positividad y negatividad. En la negatividad el hombre vive la experiencia de amenaza del sinsentido de su existencia por el hecho de nunca estar en posesión plena de sí, pero fundamentalmente por la experiencia de la muerte. Esta negatividad, sin embargo, es la dimensión existencial desde donde emerge la actitud de rebelión contra tales amenazas y se incita el don de la esperanza. Para la expresión de estos contenidos, el autor señala que las categorías esencialistas orientadas a demostrar deben dar lugar a categorías personalistas orientadas a mostrar, desafío aún pendiente según lo que expresa el papa Francisco.
| Ord. | Autor | Género | Institución - País |
|---|---|---|---|
| 1 | Ábrigo, Carlos | Hombre |
Universidad Católica Silva Henríquez - Chile
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| Agradecimiento |
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| Ahora bien, este anticipo de la propia muerte representa para el hombre, ade-más, una constante amenaza por la posibilidad de la nada, del no-ser definitivo58, de la aniquilación del ser conciencial de la persona que ella comporta, y con ello, de la destrucción total de las relaciones que el hombre establece con Dios, con los demás hombres y con el mundo59. |
| 40 Ídem, “La cuestión del sentido y el sentido de la cuestión”, 396; ídem, “El hombre abierto a la revela-ción de Dios”, 16; ídem, “Perspectivas para una teología sobre la fe”, 111. |
| virtud de lo cual Alfaro señala que “propiamente hablando, no sería el hombre el que busca a Dios, sino Dios el que vendría al encuentro del hombre”41. – En segundo lugar, la cuestión de Dios, así como la cuestión del hombre, com-porta una llamada total que integra, en forma indivisible, conocimiento y opción, problema y tarea, pregunta destinada a la inteligencia e interpelación ejercida a la libertad. De este modo, precisa el autor, ante la cuestión de Dios quedaría descartada una eventual actitud neutra, y se exige, en cambio, una disposición comprometida de la libertad ante ella42. En este sentido, tal disposición colocaría la libertad humana ante una decisión cuya opción −aceptación o rechazo de Dios− se erigiría como su actua-ción suprema, en la que ella, en cuanto libertad, se realizaría de la manera más libre43. – En tercer lugar, la respuesta a la cuestión de Dios habrá de ser –igual que la respuesta a la cuestión del hombre– de tipo mostrativo y no demostrativo: porque si, ante la cuestión del hombre, el sujeto se halla en presencia de su propio misterio, incapacitado para encontrar una respuesta desde su racionalidad meramente lógica44, ante la cuestión de Dios se halla en presencia del misterio por excelencia y, por ello, supremamente interpelado en su libertad por la llamada de aquel que lo cuestiona total y radicalmente45. |
| Por una parte, la simple acción del hombre relativa a pensar sobre la realidad de la muerte a causa de estar viviendo habitualmente junto a ella como inevitable, imprevisible, irreversible y enigmática51 “compañera-no-deseada e inseparable”52; o por otra parte, el hecho de estar viviendo cotidianamente la experiencia de dependiente necesidad respecto de los demás y de la naturaleza, como realidades que representan una amenaza para su vida por cuanto escapan a su total dominio53, pueden por separado o |
| Ahora bien, este anticipo de la propia muerte representa para el hombre, ade-más, una constante amenaza por la posibilidad de la nada, del no-ser definitivo58, de la aniquilación del ser conciencial de la persona que ella comporta, y con ello, de la destrucción total de las relaciones que el hombre establece con Dios, con los demás hombres y con el mundo59. |