Muestra la distribución de disciplinas para esta publicación.
Publicaciones WoS (Ediciones: ISSHP, ISTP, AHCI, SSCI, SCI), Scopus, SciELO Chile.
| Indexado |
|
||||
| DOI | |||||
| Año | 2017 | ||||
| Tipo | artículo de investigación |
Citas Totales
Autores Afiliación Chile
Instituciones Chile
% Participación
Internacional
Autores
Afiliación Extranjera
Instituciones
Extranjeras
Resumen En el siguiente artículo se analiza la construcción biográfica por medio de entrevistas y perfiles del trabajo del escritor y periodista colombiano, José Antonio Osorio Lizarazo (1900-1964). El foco está puesto en la década del veinte, cuando publica entrevistas-reportajes dedicados a ciertos personajes de la ciudad en el periódico gráfico Mundo al Día; y a finales de la década del treinta, cuando a partir de las entrevistas, retoma estas figuras y escribe los perfiles que fueron publicados en El Tiempo. Se arguye, entonces, que la reescritura de estas vidas en forma de perfil cumple no solo un fin periodístico-literario sino que se trata de un medio para articular una crítica al partido liberal de ese período.
| Ord. | Autor | Género | Institución - País |
|---|---|---|---|
| 1 | Darrigrandi Navarro, Claudia | Mujer |
Universidad Finis Terrae - Chile
|
| 1 | Navarro, Claudia Darrigrandi | Mujer |
Universidad Finis Terrae - Chile
|
| Agradecimiento |
|---|
| “Helios no se ha avergonzado de su propia vida jamás, porque la ha hecho espontánea y de una sinceridad perfecta. Está a gusto en un puesto muy humilde dentro de la burocracia, cuyo estipendio le permite atender precariamente a su propia subsistencia” (“Vidas extraordinarias. Efraím de la Cruz” 478), señala el cronista cuando escribe de Efraím de la Cruz, un revolucionario de las primeras décadas del siglo XX. Por un lado, in-mediatamente es posible indicar la función de espejo distorsionado que cumple Efraím de la Cruz. Osorio Lizarazo es otro escritor más, como los chilenos Teófilo Cid y Armando Méndez Carrasco y el mexicano Salvador Novo, por mencionar algunos ejemplos, que pasó gran parte de su vida trabajando en el servicio público y muchos de cuyos trabajos publica- dos se vinculan con este oficio, el del empleado público que escribe de historia, manuales, informes y otros documentos. Por lo tanto, también se adscribe a la maquinaria burocrática y desde ese lugar produce una gran parte de su corpus que no entra dentro de su escritura literaria. En la década de los treinta y parte de los años cuarenta, Osorio Lizarazo trabaja para el Estado como relator en la Cámara de Representantes, dirige el Diario Nacional, es parte del equipo de “intelectuales liberales encargados de la política cultural de masas y la política del libro coor-dinados por el Ministerio de Educación y la Biblioteca Nacional” (Calvo Isaza s/p, párrafo 39), es Secretario privado del Ministro de Guerra, de la Contraloría General de la República y parte de los redactores de la página editorial del El Tiempo, entre otros cargos. Pero todos los puestos que tuvo en la burocracia estatal fueron menores en comparación a los obtenidos por otros de sus camaradas liberales. Es dudoso que el cronista haya estado a gusto en los diversos puestos que ocupó, pues como seña-lan quienes han investigado su escritura (Calvo Isaza, 2013; Vanderhuck Arias, 2012), Osorio Lizarazo siempre deseó dedicarse a la literatura y no a ser un funcionario público de segunda categoría. No obstante, por otro lado, el trabajo gustoso de Helios recubre en el espacio público el ma-lestar del cronista. En ese mismo sentido, intuimos que Osorio Lizarazo intenta instalarse también dentro de la esfera de los intelectuales de la década de los treinta como una figura honesta (“espontánea y sincera”) (“Vidas extraordinarias. Efraím de la Cruz” 478) en un contexto dominado por las negociaciones y reparticiones de cargos y puestos, en oposición a las vidas de figuras políticas más prominentes cuya espontaneidad y sinceridad pone en entredicho. Del mismo modo, continúa el cronista señalando de Efraím de la Cruz: Quienes han vivido su propia vida son los que han modificado el curso de la historia. Quienes hacen ostentación de su pro-pia sensibilidad han creado las grandes teorías filosóficas y las expresiones de arte. Pero estas rutas solo pueden transitarse a base de talento. La vida sin talento no tiene derecho a seguir sus propios derroteros. (475) La escritura de la vida de Efraím de la Cruz adquiere, por momentos, características de vida ejemplar: es revolucionario y poeta, al mismo tiempo que hombre de prensa. Cobra forma en Helio el intelectual que ya con José Martí había adquirido cierto prestigio, aquel que combate con la pluma y el fusil. Asimismo, el ser revolucionario adquiere un valor que debe ser destacado. En los perfiles de El Tiempo, la condición de revolucionario, en más de un personaje, es también una forma de pro-testar ante los lentos cambios que hasta la fecha estaba desarrollando la República Liberal. |