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Publicaciones WoS (Ediciones: ISSHP, ISTP, AHCI, SSCI, SCI), Scopus, SciELO Chile.
| Indexado |
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| DOI | |||||
| Año | 2017 | ||||
| Tipo | artículo de investigación |
Citas Totales
Autores Afiliación Chile
Instituciones Chile
% Participación
Internacional
Autores
Afiliación Extranjera
Instituciones
Extranjeras
Resumen: Diez años después de la muerte de Franco, la escritora catalana Maria Barbal publicó Pedra de tartera (1985), una novela sobre la trayectoria vital de una campesina del Pirineo marcada por la Guerra Civil española. El objetivo de este artículo es demostrar que el éxito local e internacional de la obra reside en la capacidad de la voz narrativa por rememorar el pasado desde el posicionamiento ético en contra de los seculares poderes patriarcales y el compromiso con la denuncia de la condición de la mujer. La obra de Barbal ha merecido una atención académica poco significativa, que además no ha profundizado en su dimensión de relato de guerra. Con el fin de situar Pedra de tartera en el corpus de narrativas de la memoria que abordan la Guerra Civil, proponemos una exégesis que pone el foco en el reconocimiento de la violencia patriarcal, bélica y postbélica que sufre la protagonista.
| Ord. | Autor | Género | Institución - País |
|---|---|---|---|
| Gatell Pérez, Montse | Mujer |
Universitat Autònoma de Barcelona - España
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| Iribarren Donadeu, Teresa | Mujer |
Universitat Oberta de Catalunya - España
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| Agradecimiento |
|---|
| Las figuras masculinas se constituyen en símbolo de autoridad y superioridad. No es oportuna la iniciativa que puedan mostrar las mujeres, como en el caso de la tía de Conxa, que decide viajar hasta Barcelona para la Exposición Universal de 1929 y que suscita el enfado del marido, por el hecho de que su mujer pueda interesarse por algo “tan lejano y desconocido”. Otras veces la actitud de los hombres es condescendiente con las mujeres: Jaume quería que Elvira fuera a la escuela de Montsent, donde enseñaban más letras y cuentas. “[…] Le dije que estaría bien que también aprendiera a coser, y sonrió” (p. 55). Son también símbolo de esta autoridad los soldados que custodian a los prisioneros entre los que se encuentran Conxa y sus hijas y, en grado sumo, la autoridad eclesiástica, tan vinculada tanto al patriarcado como al franquismo. El párroco, aprovechando su poder de guía espiritual, se convierte en ejecutor del plan de represión y adoctrinamiento del régimen e instrumentaliza a las mujeres con el objetivo de hacerlas partícipes de la “salvación de España”. Por medio de los sermones, exhorta a conservar el orden “natural” y divino de las cosas: “Terminó dirigiéndose a las mujeres y dijo que debíamos guiar a nuestros maridos hacia Dios y conducirlos por el buen camino” (p. 74). |